En esta publicación me gustaría hablar sobre el ataque de pánico. Antes de nada, es conveniente diferenciar dos conceptos: el miedo y el pánico. El miedo es una emoción primordial en el ser humano, que una vez desencadenado produce tal activación fisiológica (aumento del latido cardíaco, tensión muscular, elevación de oxigeno en sangre…) que nos prepara para la huida y/o lucha, siendo desde el origen de la humanidad un mecanismo vital para la supervivencia. El miedo puede incluso ser relevante para enfrentarte a situaciones cotidianas, como un examen, una entrevista laboral…¿Qué le diferencia del pánico? El pánico sería la percepción excesiva que la persona siente ante el propio miedo, producido por una fuente estimular interna o externa que desata una reacción violenta a nivel psicofisiológico (elevada aceleración cardíaca, sensación de ahogo y de opresión en el pecho, mareo, parestesias, desrealización y/o despersonalización sensación de pérdida de control, sensación de morirse o enloquecer…).
Todas estas sensaciones son recogidas de una manera instintiva e instantánea en el lugar más arcano del cerebro, en el sistema límbico, concretamente en el paleoncéfalo, dando paso después al cortex cerebral, donde se producirá la percepción de miedo y constituyéndose, por tanto, el pánico, es decir,» el miedo al miedo». Sería en ese momento donde se produce una lucha mental importante debido a que la persona intenta controlar toda esta activación fisiológica, siendo imposible, ya que no está sujeta a la voluntad humana. Paradójicamente, cuanto más se intenta ejercer el control es cuando la persona más se activa fisiológicamente, y al seguir intentando controlar esa activación, ello hace que definitivamente se pierda el dominio, desatando el ataque de pánico. Por tanto, el exceso de control es lo que nos hace perder el control. Toda esta tormenta psicofisiológica tiene una duración de unos minutos en su fase más intensa, para después apaciguarse. Sin embargo, la experiencia del pánico ya se ha quedado registrada. Las tentativas de solución que utiliza el paciente son el control, pedir ayuda, evitar situaciones, tomar psicofármacos… que lo único que hace es reforzar y retroalimentar el problema, de tal forma que el pánico forma parte de su vida.
En el Centro de Psicología Clínica Amalur, y desde el enfoque de la Terapia Breve estratégica, se ofrece toda una serie de técnicas fundamentadas en un protocolo clínico de actuación para el afrontamiento, abordaje y superación de este problema. El paciente ante esta situación siente que está en un callejón sin salida. El gabinete te permitirá la construcción de una puerta donde no la hay.